sábado, 21 de mayo de 2022

El resorte automático

Me probé unos zapatos que me había comprado antes de empezar este reto de #un-año-sin-compras y, sorpresa, me estaban grandes. Ya no podía devolverlos porque los había comprado en las rebajas al final de la temporada anterior y ya había vencido el plazo de devolución. Bueno, no pasa nada- pensé-, me compro unas plantillas.

Tardé un rato en darme cuenta de que no puedo comprarme unas plantillas porque estoy en #un-año-sin-compras-mundanas y unas plantillas es una compra de lo más mundana. 

Esto es lo que yo llamo "el resorte automático" y del que me vengo haciendo consciente desde que empecé este reto. 
Te confieso que, si no tuviera la conciencia que me está prestando este reto, hubiera bajado a la tienda más cercana y me habría comprado en un par de minutos unas plantillas nuevas.
É
se es el resorte automático que tengo bien instalado en mi cabeza, el camino de menor resistencia.
La solución fácil y al alcance de la mano es comprar.

¿Qué hago? 
Los zapatos son unos zuecos y en realidad sólo necesitaría una media plantilla.
Cogí unos zapatos de los que ya no uso y que habré de donar, les quité las plantillas, las recorté y las metí en mis zuecos por estrenar.

¿Cuántos pares de zapatos tenemos en los armarios?
¿Cuántos pares de pies al final de las piernas?

Confío que, como efecto secundario, privarme de este recurso/estrategia de la compra, además del ahorro, impulse mi creatividad, pues ante las así llamadas necesidades, espero encontrar la manera de REparar, REusar, REutilizar, REciclar. Esto incluye REcalibrar las propias necesidades y REvisar otras opciones, tales como:

heredar,
intercambiar
y/o pedir prestado
antes de acudir al REsorte automático de la compra.


#un-año-sin-compras-mundanas




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