viernes, 16 de septiembre de 2022

The end of the world as we know it


He dado con un artículo de National Geographic que se llama 28 ideas para vivir de forma más sostenible en el planeta.
¿Y sabes cuál es la primera idea?

¡Compra menos!


Estoy encantada, la verdad, de que mi proyecto #un-año-sin-compras-mundanas entre dentro del marco de ideas del National Geographic para la sostenibilidad en el planeta.

La imagen es del artículo



El artículo contiene información escalofriante, como la cifra de que dos tercios (¡dos tercios!) de las materias primas naturales convertidas en productos acaban finalmente convertidas en residuos. Se trata de una barbaridad medioambiental. 

Cuéntaselo a un niño: 

- Le pedimos prestadas a la naturaleza tres cosas para hacer cosas, y luego le devolvemos dos hechas basura. 

El niño te preguntaría de inmediato: 

- Pero ¿eso no se puede evitar?
¿No se le pueden pedir menos cosas?
¿O por lo menos no devolverle dos hechas basura?
¿Y la tercera no se le devuelve?

Pongo por ejemplo a un niño para esta reflexión sobre los porcentajes porque en la inocencia está el valor que luego la educación pervierte.

La salud del planeta -sigue el artículo- depende primero de comprar menos: SÓLO AQUELLO QUE NECESITAMOS, es decir, #sin-compras-mundanas. Depende después de reutilizar nuestras compras y no convertirlas directamente en basura.

¿Sabes lo que me preocupa a estas alturas del reto?

Imagínate que pudiera mandar un mensaje a todos y cada uno de los habitantes del planeta y lograse convencerlos uno a uno de comprar menos, de no-comprar cosas no-necesarias. 

Ponte realmente en la situación hipotética de que esta utopía se llevara realmente a cabo. 

¿Qué pasaría? 

El sistema capitalista, es decir, el mundo tal como lo conocemos ahora, sería insostenible si cada uno comprara sólo lo-imprescindible.

Utilizo la palabra "insostenible" a propósito. 

Sería, como en la canción de REM, the end of the world as we know it.

El sistema de consumo que actualmente rige el mundo, sobre todo el occidental con Estados Unidos a la cabeza, es incompatible con el desarrollo sostenible

Su economía se sostiene precisamente en la insostenibilidad, en el consumo irrefrenable y frenético de lo que a largo plazo será basura.

Esta visión de un David muy pequeñito contra un Goliat muy grande ensombrece mi reto.




#un-año-sin-compras-mundanas


sábado, 10 de septiembre de 2022

Shopping therapy

La dificultad de #un-año-sin-compras-mundanas no estriba sólo en la constante creación de necesidades por parte del mundo-escaparate.

Se trata también de que comprar es una terapia (shopping therapy) que, a diferencia de otras vías de escape, es socialmente aceptable, incluso admirable en determinados círculos. 

Pero no te engañes, la adicción puede ser tan poderosa como la de una droga. 

Comprar produce cierta sensación de control y es ésta una sensación muy codiciada en épocas de incertidumbre: que se lo cuenten a Amazon durante el confinamiento pandémico.

Este #año-sin-compras-mundanas me ha regalado el entendimiento de que en muchas ocasiones UNA acude a las compras como estrategia terapéutica que permite dejar de pensar, 
dejar de sentir, 
y proporciona el recurso de la satisfacción a corto plazo.

Miss Shopping Therapy es un personaje de mi personalidad que se va de compras cuando está muy agobiada.

Ahora, cuando Miss Shopping Therapy está muy agobiada, no puede irse de compras, porque UNA está en #un-año-sin-compras. 

¿Qué hacemos con el agobio ahora?



#un-año-sin-compras-mundanas





Entradas relacionadas

sábado, 3 de septiembre de 2022

Apenas nada

En septiembre pasado fuimos de senderismo a la montaña. 

Nos quedamos dos noches durmiendo a la intemperie a más de 3000 metros de altura. 

Todo lo que quisimos tener a esa altura, tuvimos que cargarlo sobre la espalda. 

Este ejercicio de selección del contenido de la mochila debiera hacerse obligatoria y regularmente porque, cuando sabes que habrás de cargar con ello y habrás de acarrearlo cuesta arriba, de repente mucho de lo-necesario deja de ser imprescindible y, cuando te quedas exclusivamente con lo-imprescindible, te das cuenta de que no necesitas tanto. 

No necesitas mucho. 

Apenas necesitas nada.



¿Te acuerdas de cuando jugábamos de pequeños al juego aquel de, si te fueras a una isla desierta y sólo pudieras llevarte tres cosas, qué tres cosas te llevarías?

Pues eso. 

Apenas necesitas tres cosas. 

Apenas nada.


#un-año-sin-compras-mundanas



sábado, 27 de agosto de 2022

Equilibrio material sereno

Desde la perspectiva de #un-año-sin-compras-mundanas, UNA quiere aplaudir iniciativas que quizás hayan surgido a partir de otras chispas, pero que sin duda apuntan a un equilibrio material más sereno. 

Me refiero, por ejemplo, a aplicaciones compra-venta de segunda mano (tipo wallapop) que, no sólo sirven al consumidor para ahorrarse unos euros, sino al mundo para ahorrarse un producto de desecho y otro producto nuevo-futuro deshecho. 

En la misma línea otras apps, como too-good-to-go, impiden que se desperdicie comida vendiéndose la pronta-a-caducar más barata.

Photo by Darya Tryfanava on Unsplash

Os traslado una anécdota que viví recientemente en Wallapop a raíz de #un-año-sin-compras. Quería empezar a hacer bebidas vegetales pero, claro, no podía comprarme el recipiente para elaborarlas de forma casera. Encontré uno en wallapop por el módico precio de 16 euros y escribí a la persona que lo vendía que se llamaba Alba:

UNA - ¿Hacemos un trueque? Te lo cambio por algo de mi perfil que sea enviable.
ALBA- Hola buenas, no me interesa nada de lo que tienes. Lo siento.
UNA- Lo entiendo.
Si cambias de opinión por favor házmelo saber.
Me han recomendado la leche de alpiste y es por eso que lo quiero pero no puedo comprártelo porque estoy haciendo un reto.
Si quieres leer sobre mi reto... 

Y aquí enlacé a la primera entrada en la que explico en qué consiste mi reto.

En cualquier caso, gracias, Alba.
ALBA- Muchas gracias por la info. Es interesante 😊

Así, con un emoticono, Alba se despidió de UNA y UNA de su recipiente de bebidas vegetales. Cogí una minipimer de las de toda la vida y me hice mi leche de alpiste. Las dos tan contentas.

#un-año-sin-compras-mundanas




Enlaces relacionados
https://toogoodtogo.es/es/ ¡Empieza a salvar comida!








sábado, 20 de agosto de 2022

Basura


Las cosas, mejor dicho, nuestro afán de poseerlas es lo que se está cargando el mundo. 

Somos muchos y todos tenemos muchas cosas y quisiéramos tener más. 

De hecho, asusta un poco pensar que, si de repente a todos nos diera un ataque de minimalismo-zen y decidiéramos deshacernos de todas aquellas cosas que no son bellas ni imprescindibles; si, al estilo de Marie Kondo, decidiéramos desprendernos de todo aquello que no nos llena, ¿adónde iría ingente cantidad de basura? 

Photo by Ananya Bilimale on Unsplash

Porque somos muchos y muchos tenemos muchas cosas.

#un-año-sin-compras-mundanas






sábado, 13 de agosto de 2022

Hygge

Tengo la creencia de que el orden facilita la serenidad y que, efectivamente, un ambiente caótico y desordenado en exceso contribuye al desastre interior. 

Lo sé. 

Lo tengo comprobado. 

No sólo UNA. 

Busca hygge en internet: el secreto de la felicidad de los daneses.(*)

Photo by Julian Hochgesang on Unsplash


A estas alturas de la vida, y algo rendida, he aterrizado en la esperanza del minimalismo: es decir, cuántas menos cosas tenga, más fácil será recrear la sensación de orden. 

Y viceversa. 

Así que, cuando estoy en plan ZEN, estoy que lo tiro todo.

#un-año-sin-compras-mundanas




(*) Os recomiendo leer WHAT LIVING DANISHLY TAUGHT ME ABOUT HAPPINESS by Helen Russell.

sábado, 6 de agosto de 2022

Te lo regalo

Me avisó una amiga de que una de nuestras autoras favoritas de recetas tenía temporalmente su kindle a 1 euro y pico.
- No puedo comprar.
- Yo te lo regalo.

Y me lo regaló.


Le pedí prestado unos auriculares a mi hijo y me dijo que no me los dejaba. Su abuela, mi madre, estaba delante. Me dijo, indignada con el niño:
- Yo te los regalo.
Y me los regaló.


Quedé a cenar con unas amigas y me habían comprado unos pantalones y una camiseta.
- Como tú no puedes comprarte ropa, te la regalamos nosotras.


La gente está siendo amable. 
Muy amable.
Me regalan cosas porque saben que no puedo comprármelas porque estoy en #un-año-sin-compras-mundanas. Ellos no. 

Al cabo de unos cuantos regalos, no obstante, me di cuenta de que este te-lo-regalo, con todas sus buenas intenciones, va contra el espíritu de mi reto.
Si mi reto es una lanza a favor de la sostenibilidad y en contra del consumismo, ¿qué más da quién pague?

Ayer se me acercó Peter.
Había encontrado en internet ropa térmica de mujer a muy buen precio para nuestra próxima excursión a Sierra Nevada.
- Te voy a comprar esto- me dijo.
- No, no me compres.
#Un-año-sin-compras-mundanas es #un-año-sin-compras-mundanas.
No importa quién lo compre.

Me ha costado dar este paso.
Da mucho gustito dejarse regalar.
Probablemente me arrepienta si paso frío en la montaña.
La coherencia no arropa.

Photo by Tetiana Shadrina on Unsplash

#un-año-sin-compras-mundanas





sábado, 30 de julio de 2022

El placer de la sobriedad

Una de las cosas que me está regalando este reto es el placer de la sobriedad. 
No es nuevo para UNA.
Es sólo que el consumismo que nos arrastra no deja hueco a la oportunidad de disfrutarlo. 

La palabra "sobriedad" ya de por sí es bella. 

Cuando era pequeña en el colegio todas las semanas teníamos asamblea de clase y habíamos de elegir un lema personal para la semana que comenzaba, como si de un lienzo en blanco se tratara.
No fueron pocas las veces que UNA eligió "sobriedad" como lema.
Quizás fuera el atractivo de la palabra.
Quizás fuera una premonición de este reto en el que me iba a embarcar muchos años después.
Sobre todo creo que UNA sospechaba ya los placeres que conlleva el minimalismo cuando UNA lograba encontrar cierto encanto en un lapicero que ya hubiera consumido la mayor parte de su mina.


Photo by Kelly Sikkema on Unsplash


Hay algo intrínsecamente gratificante en no estrenar.
En seguir usando la misma cosa hasta que la cosa agote su usabilidad.

Recuerdo un amigo en Inglaterra que nos invitó a cenar a Peter y a UNA. 
En algún momento dado de la noche tuve que entrar al cuarto de baño y ¿sabéis lo que me llamó la atención?
Tenía UN bote.
Un solo bote en su cuarto de baño.
Me pareció admirable.
Me pareció elegante.
¿Sabes cuántos botes habitan mi cuarto de baño?
Pues muchos más de los que UNA usa a diario. 

Cuando salimos de la casa de mi amigo, Peter, que también había ido entrado al baño, también se había fijado, también había admirado la ausencia de bártulos y demás productos.
-¿Por qué no podemos tener nosotros así el baño?- preguntó. 

¿Por qué?

Supongo que la sobriedad está al alcance de todos.

Uno de los placeres que conlleva, que viene junto al minimalismo inherente a la sobriedad, es por supuesto el orden.
Si no tienes cosas, no hay posibildad para el desorden.
El baño de mi amigo estaba ordenado por ausencia. Por la ausencia de botes. Por la ausencia de desorden.
El mío parece siempre caótico.

El lema "sobriedad" debería ser vital, no semanal.

#un-año-sin-compras-mundanas




sábado, 23 de julio de 2022

La tonta de la compra

 

Desde el comienzo de este reto establecí que#un-año-sin-compras-mundanas EXCLUYE la compra de comida y bebida, por supuesto, siempre y cuando UNA compre para consumir y no que la compra semanal la consuma a UNA.

Parece obvio pero, cuando dejas de comprar, el supermercado de repente se convierte en el último reducto de la tendencia consumista que llevas toda la vida transitando. 

De pronto, los pasillos del centro comercial se convierten en la única tentación a la que te has dado permiso sucumbir. 
Es como el que deja de fumar y bebe más. 
O como el que se pone a dieta y fuma más. 

Enseguida percibí que mi compra semanal de comida había subido de precio. 
Lo comenté y todos me decían que los precios han subido mucho. 
Cierto. 
Pero UNA sabía que había algo más. 
El carrito estaba más lleno porque yo lo estaba llenando para saciar las ansias de comprar.

La conciencia es el primer paso para el cambio. 

Hoy he ido con uno de mis hijos a comprar. 
Le he detenido antes de entrar. 
Le he listado las cosas que necesitábamos y le he dicho:

-El reto es salir de aquí sólo con esas cosas.
Ni una más.

Reto conseguido. 
¡Que UNA compre para consumir y no que la compra semanal la consuma a UNA!
¡Que UNA se ajuste a la lista de la compra y no sea la tonta de la compra!


Photo by Eduardo Soares on Unsplash

#un-año-sin-compras-mundanas




sábado, 16 de julio de 2022

Cocinitas y la obsolescencia programada en un año sin compras

UNA cree que la gente que realmente sabe cocinar necesita muy pocos chismes en la cocina, pero las que nos defendemos a duras penas solemos llenar la cocina de cachivaches y bártulos de diferentes tamaños y colores para intentar paliar nuestra falta de destreza al cocinar.

Pasa que las cosas están programadas para romperse, como ya sabemos: la llamada obsolescencia programada nos invita de manera regular y constante a mantener activo el consumismo. 

En las últimas semanas se ha roto la batidora, el molinillo de café que uso para moler semillas, el exprimidor de zumos y la olla a presión eléctrica programable (ya os he comentado que no sé cocinar). 

A este desastre en cadena puede que hayan contribuido, además de la obsolescencia programada, las incipientes excursiones de mis hijos adolescentes al mundo culinario. 

Puede.

Photo by Brooke Lark on Unsplash

El caso es que UNA se ha sentido muy tentada a reponer estos utensilios con la compra de unos nuevos porque mi tiempo en la cocina no puede exceder al que tengo disponible.
Esos utensilios ayudan a 
sacar mayor partido de ese tiempo.

Escribir este blog me hace mantenerme coherente con el reto y me da cierta sensación de tener que rendir cuentas, así que finalmente he resistido la tentación de comprar y he sustituido algunos utensilios con otros viejos que teníamos en el apartamento al que vamos en verano, y he renunciado a sustituir otros aunque ello me suponga tener que modificar menús y recetas.
Es lo que hay:

#un-año-sin-compras-mundanas



sábado, 9 de julio de 2022

Regalos

#un-año-sin-compras-mundanas SUPONE no regalar cosas materiales sino escudriñar mi imaginación para que sean regalos experienciales. Lamentaré si mis destinatarios afectados no estuvieran del todo felices con esta decisión pero un regalo ha de reflejar al que regala y no al regalado.

Éste fue uno de los preceptos con los que definí mi #año-sin-compras-mundanas y, tengo que admitir, uno de los que más me está costando cumplir. Regalar sin comprar está siendo difícil. 


Primero fue el cumpleaños de mi hermana. Con aceites esenciales y la ayuda de mi hijo le hicimos un spray de los sueños, para echarse en la almohada por la noche, y un spray anti-mosquitos para echar en las pastillas ya usadas de los antimosquitos eléctricos. 
Le preparé también una playlist con música para relajarse, escribir, etc. y le envié el enlace, cruzando los dedos a la espera de que le gustara.


En julio coincidieron los cumpleaños de dos de mis hijos. 
A uno le regalé un montaje de fotos en las que aparecía él, regalo que había ensayado previamente con una amiga y había tenido éxito, y al otro le regalé un-año-de-yoga: Le regalé mi compromiso de hacer yoga todos los días en casa durante un año para la regulación de mi sistema nervioso y así estar más calmada en mis interacciones con él. Ni que decir tiene la cantidad de comentarios de índole sarcástica y ojos en blanco que recibí de mi pre-adolescente ante dicho regalo, así que finalmente le regalé... un montaje de fotos.



Las manualidades, de hecho, me han salvado la vida en no pocas ocasiones esta temporada. 

He hecho cuadritos de colores con flores secas de colores. He hecho cuadritos con "orejitas" cogidas en mis caminatas por la playa.

Luego, para otra ocasión, me permití la licencia de "comprar" unas piedras pintadas a una amiga, que está en paro, y sobrevive gracias a este tipo de manualidades. Concebí que comprarle las piedras no contribuía al consumismo -principal motivo por el que estoy haciendo #un-año-sin-compras- y, sin embargo, sí ayudaba a mi amiga. Consideré que comprarle piedras pintadas a mi amiga, pues, no era una compra mundana.

A mi madre por su cumpleaños le regalé un concierto.

A Peter por nuestro aniversario le voy a regalar la experiencia de un viaje a Madrid. 

Poco más. 

Me voy quedando sin ideas de regalos-sin-compras-mundanas. 

Se admiten sugerencias. 

Es muy complicado regalar sin comprar


#un-año-sin-compras-mundanas



sábado, 2 de julio de 2022

Experiencias

Después de dos meses y medio sin compras mundanas, me pregunto por qué no he ahorrado dinero y me respondo "por esta cláusula que estableciste al comienzo de tu reto":

#un-año-sin-compras-mundanas EXCLUYE la compra de experiencias: UNA elige el valor de que el dinero me permita HACER, me permita tener experiencias reales, en vez de comprar y poseer cosas: viajar, ir al cine, al teatro, a conciertos o hacer un curso de surf este verano.

Efectivamente, la cláusula parecía tener todo el sentido en teoría pero, en la práctica, ha supuesto que el consumismo de enseres mundanos se ve sustituido por el consumismo de experiencias mundanas

De repente, he liberado dinero que me permite irme a dar un masaje, ir a un concierto y otro y otro, hacerme la cera donde antes me pasaba el silképil, hacerme las uñas donde antes me las cortaba, ir al fisio cuando antes me daba una pomada y me ponía una codera, acudir a una másterclass de yoga, ver a una nutricionista donde antes me descargaba la lista de la compra y el menú semanal de internet, salir a cenar con mucha más frecuencia que antes, etc.
No me malinterpretes. Como mujer, estoy totalmente a favor del autocuidado. Pero, si bien muchos de los ejemplos anteriores lo son del automimo, no obstante la frecuencia creciente de dichas experiencias se lee en mi diario más bien como una sustitución del consumismo material por mero consumismo experiencial.

Me doy cuenta de esto cuando una amiga, que sabe de mi reto, me pasa un texto llamado THE BUY NOTHING MOVEMENT y, en algún momento del mismo, leo sobre participantes en el movimiento que no sólo dejaron de adquirir bienes eléctricos, ropa o cosas para la casa, sino que además dejaron de adquirir servicios, tipo cortes de pelo, comer fuera de casa o comprar gasolina para sus coches. En un año, ahorraron $55.000.

A este paso, UNA va a ahorrar una 💩.

Así que he decidido no dejarme contagiar por el síndrome de demasiadas experiencias, y limitarlas a las verdaderamente necesarias (¿alguna lo es?) o verdaderamente reales, es decir, que no vengan a llenar el vacío creado por la ausencia de compras. En cualquier caso, las experiencias reales casi siempre son gratis. Como dice el anuncio, no tienen precio.


Photo by Paul Pastourmatzis on Unsplash


#un-año-sin-compras-mundanas



sábado, 25 de junio de 2022

Los libros

Entre las cláusulas que me autoimpuse al comienzo de este reto, estaba la siguiente:

#un-año-sin-compras-mundanas INCLUYE contenido virtual, es decir, no comprar más libros electrónicos, leer los que tengo, ni más cursos virtuales, hacer de los que dispongo. REleer. REhacer.

Según van pasando las semanas, más cuenta me voy dando de que tendría que haberle prestado más reflexión al tema de los libros. No hablo de los electrónicos porque al fin y al cabo muchos de ellos -yo confieso- me los descargo gratis. En cualquier caso, no es mi forma favorita de lectura.

Hablo de los otros.
De los de papel.
De los que huelen a nuevo y son un gustazo de entretener en las manos.
De los de manta y sillón.


Si te cuento que esto es lo que más me está costando de este reto, no te lo crees.
A no ser de que seas lector compulsivo como UNA.
Entonces sabes que a los que nos gusta leer, nos gusta tener libros.
Comprarlos.
Apilarlos en horizontal en mesas y mesillas, en vertical en librerías y estanterías.

Me gusta escribir reseñas.
Hay una librería que mensualmente elige un libro y nos anima a leerlo y escribir una reseña.
UNA se revuelve como una serpiente porque no puede leer el libro.
Como el libro generalmente es una novedad, nadie lo ha comprado todavía, nadie lo tiene, nadie me lo puede prestar.
En la biblioteca todavía no lo tienen.


Siento que el reto me está robando lecturas. 

También le oigo susurrarme todos los títulos que están sentados en mis mesillas y estanterías esperando que los lea.


Photo by Radu Marcusu on Unsplash



#un-año-sin-compras-mundanas




sábado, 18 de junio de 2022

Haciendo balance

Esta semana ha hecho dos meses desde que empecé mi reto de #un-año-sin-compras-mundanas.

Si hago balance, veo que me ha sorprendido lo fácil que me ha resultado dejar de comprar ciertas cosas, por ejemplo, la ropa. 
Siempre me ha gustado estrenar ropa.
Me parece que un día de estreno resalta la belleza.

Dejar de comprar ropa me ha descubierto otras formas de estrenar:
heredar de hermanas y amigas,
encontrar combinaciones nuevas de prendas que ya tenías,
rescatar del baúl de los recuerdos esas prendas que pasaron de moda pero nunca llegaste a tirar.
Creatividad aplicada al armario.


Photo by Becca McHaffie on Unsplash


Luego he echado de menos algunas cláusulas que no me percaté de la necesidad de incluir en mi contrato inicial, el que os presenté en la primera entrada de este blog.
Por ejemplo, hemos tenido el Covid y UNA no había excluido del año-sin-compras la adquisición de medicinas, pero obviamente tuve que hacer una excepción.
No obstante, hay que andarse con ojo pues en el momento en el que UNA introduce una excepción, pueden colarse muchas otras.
UNA es muy naturitas y enseguida se le antoja comprar suplementos varios, tipo vitaminas y minerales, y si nos permitimos agrupar éstos bajo el epígrafe de "Medicinas", entonces abrimos la caja de pandora.

Hablando de dolencias, puede que haya atisbado ya a estas alturas ciertas dosis de contagio de mi reto en Peter. 
Necesitamos unas estanterías para el cuartillo del lavadero porque las que tenemos se vuelcan y le vi dando vueltas a posibles ideas de cómo y dónde conseguir unas de segunda mano sin comprar.  
Le miré con el rabillo del ojo encantada porque hace un par de meses su primera opción habría siempre sido ir al leroy merlin o al ikea.

#un-año-sin-compras-mundanas



sábado, 11 de junio de 2022

El carro de la compra

Tras una contractura, estimé que necesitaba un carro de la compra para llevar los comestibles del supermercado a casa. Cualquier otro año, habría sido fácil comprarme un carro de la compra pero en #un-año-sin-compras-mundanas se pintaba complicado. 

Redacté un mensaje y lo subí al estado de whatsapp. Versaba algo así:

Necesito un carro de la compra.
Si tienes uno arrumbiado que ya no usas, por favor cédemelo.
#un-año-sin-compras-mundanas

Cuando Peter vio el mensaje, me dijo:

- A ver si este reto va a ser como cuando uno deja de fumar, pero en realidad uno no deja de fumar, sino que deja de comprar, y se pasa el día gorroneando tabaco.

El comentario me hizo pensar así que acabé quitando el mensaje de mi estado de whatsapp.

A los pocos días, estaba cenando con una amiga y le relaté la anécdota anterior. ¿Sabéis lo que me dijo?

- ¡Anda, pues yo he tirado uno el otro día porque me estaba ocupando espacio en casa y no lo usaba nunca!

¿Moralejas? Dos.

La primera: No hacer caso a Peter.

La segunda: Si vas a tirar algo, primero pregunta si alguien lo necesita. 

La sostenibilidad en realidad consiste en que las cosas rulen.

UNA mientras sigue haciendo brazos 💪

Photo by Ginny Rose Stewart on Unsplash


#un-año-sin-compras-mundanas



sábado, 4 de junio de 2022

El escaparate

No somos conscientes en el día-a-día occidental de que el mundo se ha convertido en un escaparate. 

Las ofertas nos llegan cada vez que encendemos el móvil o abrimos la tapa del portátil. 

No hace falta ya salir de casa para ir de tiendas: la montaña viene a mahoma. 

Esta mañana me llegaron a través del whatsapp dos anuncios distintos de bolsos.

Los dos bolsos me encantaron. 

A punto estuve de encargar uno. 

O los dos. 

Pero estoy en #un-año-sin-compras y eso me hace darme cuenta de que no tengo necesidad de bolso. 

Me entró la necesidad a través del whatsapp.

#un-año-mundano-SIN-compras SUPONE evitar tentaciones 
cancelando:

  • la suscripción a newsletters
  • a grupos de difusión
  • a aplicaciones que convierten el mundo inmediato en un escaparate 24 horas al día 7 días a la semana.
24/7

Photo by Jezael Melgoza on Unsplash

De hecho, uno de los principales síntomas que percibí al poco de comenzar este reto, es que los escaparates habían de repente perdido todo el glamour

Los folletos publicitarios quedaban igualmente desprovistos de su brillo. 

Una vez que tomas la decisión de no consumir, todas las oportunidades consumistas se desvisten de sus galas y se convierten en meros escenarios de tentaciones ajenas. 

Me visita la reflexión de que para el-pobre-habitual, es decir, para aquel que no cuenta con poder adquisitivo, el escaparate nunca se le ha pintado apetecible. 

Este cierre de un mundo de posibilidades, sin embargo, a mí me hace sentir abundante.


#un-año-sin-compras-mundanas



sábado, 28 de mayo de 2022

Caprichos ante el NO

Ya conté, al comenzar este proyecto de #un-año-sin-compras, que Se trata de un proyecto personal, no familiar. Es una decisión que tomó UNA, no la familia-de-5, con lo cual no habría de afectar a las necesidades de los niños. Si los niños necesitaran algo, se les compraría.

Fíjate que este parámetro de mi primera entrada habla de necesidades, no de caprichos. En esta entrada vengo a reflexionar sobre los caprichos.

Cuando se tiene hijos, es esencial practicar el hábito de decir NO.

El mundo en el que nos ha tocado criar a nuestros hijos es un escaparate de tentaciones. 

Nuestros hijos ni siquiera saben que es posible otro mundo. 

Las tentaciones les alcanzan por todas partes, desde la puerta del cole hasta a través de las pantallas.

Y los hijos piden.
Y piden.
Y luego piden más.

Si el momento de decir NO es normalmente incómodo, el momento de decir NO a los hijos es incluso peor: los hijos pueden llegar a convertirlo en realmente insoportable.

Pero si eres capaz de admirar esa determinación que despliegan en el capricho sin doblegarte, entonces descubrirás que el placer de decir NO a los hijos también es más grato. 

El placer reside en ese hueco que vas creando entre el ser humano que tratas de moldear y la sociedad de consumo que pretende manipularlo. 

El placer reside en echarle un pulso al escaparate y ganar. Es un placer a largo plazo, desde luego. 

Es más fácil sucumbir al SÍ, pero no pierdas la perspectiva de lo que quieres cultivar. 

Después de una rabieta por un NO, el hijo será capaz de admitir que tampoco deseaba tanto lo que sea que fuera que deseaba tanto.

El placer de decir NO.
Practícalo.

Di que NO compras ese artículo del escaparate para el que alguien en un despacho ha creado la necesidad a tu hijo.


Photo by Tanaphong Toochinda on Unsplash

#un-año-sin-compras-mundanas




sábado, 21 de mayo de 2022

El resorte automático

Me probé unos zapatos que me había comprado antes de empezar este reto de #un-año-sin-compras y, sorpresa, me estaban grandes. Ya no podía devolverlos porque los había comprado en las rebajas al final de la temporada anterior y ya había vencido el plazo de devolución. Bueno, no pasa nada- pensé-, me compro unas plantillas.

Tardé un rato en darme cuenta de que no puedo comprarme unas plantillas porque estoy en #un-año-sin-compras-mundanas y unas plantillas es una compra de lo más mundana. 

Esto es lo que yo llamo "el resorte automático" y del que me vengo haciendo consciente desde que empecé este reto. 
Te confieso que, si no tuviera la conciencia que me está prestando este reto, hubiera bajado a la tienda más cercana y me habría comprado en un par de minutos unas plantillas nuevas.
É
se es el resorte automático que tengo bien instalado en mi cabeza, el camino de menor resistencia.
La solución fácil y al alcance de la mano es comprar.

¿Qué hago? 
Los zapatos son unos zuecos y en realidad sólo necesitaría una media plantilla.
Cogí unos zapatos de los que ya no uso y que habré de donar, les quité las plantillas, las recorté y las metí en mis zuecos por estrenar.

¿Cuántos pares de zapatos tenemos en los armarios?
¿Cuántos pares de pies al final de las piernas?

Confío que, como efecto secundario, privarme de este recurso/estrategia de la compra, además del ahorro, impulse mi creatividad, pues ante las así llamadas necesidades, espero encontrar la manera de REparar, REusar, REutilizar, REciclar. Esto incluye REcalibrar las propias necesidades y REvisar otras opciones, tales como:

heredar,
intercambiar
y/o pedir prestado
antes de acudir al REsorte automático de la compra.


#un-año-sin-compras-mundanas




sábado, 14 de mayo de 2022

La nube negra

En esta entrada expongo el último de los motivos que me ha llevado a afrontar el reto de #un-año-sin-compras-mundanas, aunque ya lo apuntaba en mi entrada anterior sobre mi teoría particular del coronavirus. Me refiero a la nube negra de la amenaza de la destrucción ecológica.

Bajé a la tienda de abajo a por cuatro cosas para la comida.
-No me des bolsa- le dije.
-Se me olvida que tú eres de las ecológicas- murmuró con sorna.

La sorna.

"Ecológico", por razones que no alcanzo del todo a comprender, es sinónimo de perroflauta. Sinónimo de izquierdas. De rojo.

La paradoja es que no debería haber nada más humano que ser ecológico. A ti que estás sentado en tu sillón, en el salón de una casa de la que te quedan por pagar 25 años de hipoteca, te digo: el cariz que está tomando el tema del medio ambiente que veías ya en tus libros de Sociales de BUP tiene carácter de URGENTE y requiere, SÍ requiere, acción y compromiso TAMBIÉN de tu parte.

UNA no ha traído a sus hijos al mundo para que el mundo se les acabe a la mitad.

La casa de mis hijos. SU casa. MI casa. Pero no olvides, seas de derechas o de izquierdas, que esta casa que está en ruinas también es TU casa.

Así que te exijo, TE EXIJO, que tú también colabores para que mis hijos y los tuyos si los tienes tengan un mundo donde criar a sus hijos y tus nietos si los llegas a tener.
Sin tener que vivir con el miedo en sus venas.
Sin tener que renunciar a la belleza que la naturaleza nos regala todavía a diario.



El deterioro del medio ambiente es tan desolador que lamentablemente también hace distinción de clases y los episodios de catástrofes climáticas siempre acaban llevándose por delante a los que tienen poco o nada. Mientras, nosotros seguimos sentados en nuestro sillón con el aire acondicionado puesto bebiendo con pajita un refresco de ingredientes impronunciables y viendo en la tele las noticias de una sequía que hace estragos.
Pero no nos afecta.
Aún.
En breve lo hará.
En un breve cada vez más breve.

Mi reto ha sido comprometerme a #un-año-sin-compras-mundanas y a compartirlo en este blog. Te ruego, por la casa de mis hijos, que tú te comprometas a informarte de lo que personalmente puedes hacer en aras de los valores medioambientales; y así hacer de modelaje a los que no tienen culpa de haber llegado a un mundo que ya estaba roto. Te animo a compartir este reto también.


#un-año-sin-compras-mundanas