sábado, 2 de julio de 2022

Experiencias

Después de dos meses y medio sin compras mundanas, me pregunto por qué no he ahorrado dinero y me respondo "por esta cláusula que estableciste al comienzo de tu reto":

#un-año-sin-compras-mundanas EXCLUYE la compra de experiencias: UNA elige el valor de que el dinero me permita HACER, me permita tener experiencias reales, en vez de comprar y poseer cosas: viajar, ir al cine, al teatro, a conciertos o hacer un curso de surf este verano.

Efectivamente, la cláusula parecía tener todo el sentido en teoría pero, en la práctica, ha supuesto que el consumismo de enseres mundanos se ve sustituido por el consumismo de experiencias mundanas

De repente, he liberado dinero que me permite irme a dar un masaje, ir a un concierto y otro y otro, hacerme la cera donde antes me pasaba el silképil, hacerme las uñas donde antes me las cortaba, ir al fisio cuando antes me daba una pomada y me ponía una codera, acudir a una másterclass de yoga, ver a una nutricionista donde antes me descargaba la lista de la compra y el menú semanal de internet, salir a cenar con mucha más frecuencia que antes, etc.
No me malinterpretes. Como mujer, estoy totalmente a favor del autocuidado. Pero, si bien muchos de los ejemplos anteriores lo son del automimo, no obstante la frecuencia creciente de dichas experiencias se lee en mi diario más bien como una sustitución del consumismo material por mero consumismo experiencial.

Me doy cuenta de esto cuando una amiga, que sabe de mi reto, me pasa un texto llamado THE BUY NOTHING MOVEMENT y, en algún momento del mismo, leo sobre participantes en el movimiento que no sólo dejaron de adquirir bienes eléctricos, ropa o cosas para la casa, sino que además dejaron de adquirir servicios, tipo cortes de pelo, comer fuera de casa o comprar gasolina para sus coches. En un año, ahorraron $55.000.

A este paso, UNA va a ahorrar una 💩.

Así que he decidido no dejarme contagiar por el síndrome de demasiadas experiencias, y limitarlas a las verdaderamente necesarias (¿alguna lo es?) o verdaderamente reales, es decir, que no vengan a llenar el vacío creado por la ausencia de compras. En cualquier caso, las experiencias reales casi siempre son gratis. Como dice el anuncio, no tienen precio.


Photo by Paul Pastourmatzis on Unsplash


#un-año-sin-compras-mundanas



No hay comentarios:

Publicar un comentario